En la ciudad de Pereira se encuentran con un gran misterio que tienen todos los habitantes caninos alarmados. Popy, una hermosa perra de cinco años era la mejor amiga de Gufo, se llevaban dos años ya que él tenía siete años. Eran tan buenos amigos que a medida que pasaba el tiempo comenzaron a sentirse atraídos uno hacia el otro, y decidieron tener una relación, la cual era muy bonita y tierna.
Todo transcurría normal en la relación de estos dos perros enamorados, hasta cuando se dieron cuenta de lo que le sucedió a su amigo Motas, que estaba desaparecido hacia y unas semanas atrás y ahora lo habían encontrado muerto en las afueras de la ciudad junto a otros perros, que también habían desaparecido.
Según Popy, había escuchado hablar a sus amos y estaban diciendo que en la ciudad estaban secuestrando los perros pera sacarles sus órganos y después los dejaban tirados en las afueras de la ciudad y en los ríos.
Popy, muy angustiada, fue y le conto a su novio y a otros amigos lo que estaba ocurriendo, para que tuvieran cuidado cuando salieran. Carlos el amo de Gufo, se encontraba muy angustiado por lo que estaba ocurriendo ya que era veterinario y le encantaban los animales, él le hablaba mucho a Gufo aconsejándolo para que no le fuera a pasar nada, pero a él no le importaba, era un perro muy tranquilo, lo único que hacía era ladrarle a Carlos para que entendiera que si le iba hacer caso, pero la verdad no le paraba bolas.
Hasta que un día Gufo y su novia fueron a dar un paseo y por desgracia los secuestraron a los dos eran las mismas personas que habían secuestrado a Motas, Ambos estaban muy asustados, ellos los maltrataban les pegaban y no les daba comida, así estuvieron dos noches.
Los amos de ellos estaban muy preocupados por ellos y decidieron dar aviso a las autoridades para que fueran a buscarlos. El alcalde de la ciudad también estaba preocupado con esta situación y mando a buscar a los secuestradores
Gufo y Popy ya estaban con la idea de que iban a morir y aún más, porque estaban viendo como morían sus compañeros, y cuando iban a matar a Gufo llegaron las autoridades para salvarlos y se dieron cuenta de que los órganos de tenían eran para venderla en carnicerías. Ambos aprendieron la lección de andar con cuidado y hacer casi de los consejos que les dan.
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